Almócita, fundada por los descendientes de Tubal, pervive la historia árabe tanto en sus calles como en su arquitectura urbana, conservando aún la Judería en el Barrio Bajo, con sus habitáculos en ruinas de gran valor. Este lugar, que se muestra tan callado y humilde en su existencia, encierra en su casco urbano la arquitectura morisca mejor conservada de la provincia. Almócita se encuentra situada en una hondonada entre las faldas de Sierra Nevada y la de Gádor, a 837 metros de altitud y dominada por el morrón de La Lagunilla y por el Puntal de los Pájaros. Su superficie es de 31´2 Km, distando 54 km de la capital. Fue fundada por los descendientes de Tubal, pasado árabe del que dan testimonios tanto sus calles estrechas y serpenteantes. Esta localidad se encuentra dividida en tres parajes: el Barrio Bajo o de la Judería, las Espeñuelas y el Secanillo de la virgen. Encierra en su casco urbano la arquitectura morisca mejor conservada de la provincia. El agua que riega sus tierras procede de la Fuente del nacimiento que comparte con Beires y Padules.
En 1570 llega a la localidad D. Juan de Austria para la negociación de la reducción de los moriscos sublevados de la Alpujarra, cuya paz se celebró en una encina en el Cortijo del Hadid, que desde entonces tomó el nombre de Cortijo de las Paces. Como personaje ilustre podemos destacar D. Miguel Collado que fue canónigo de la Insignia Colegial de la ciudad de Santa Fe, del que se dice estar su cuerpo incorrupto. La época cristiana se caracteriza por la construcción de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Misericordia, de estilo mudéjar, realizada en piedra de cantería de gran calidad, alternando con cajones de mampostería. Su torre campanario fue reedificada a finales del siglo XVII, restauraciones que no se ajustaron fielmente al modelo original. Tiene una capilla mayor diferenciada de la nave por medio de un arco, conserva una armadura de limas moamares, con labor de agramilado y sobre los faldones tres frisos paralelos de lazo.
En su interior fue colocado el Santísimo Sacramento por el Arzobispo de Granada, D. Martín de Ascargos. Almócita cuenta con la ermita de Nuestra Señora de los Desamparados, que es objeto de una romería en la que se bendice a los recién nacidos, se hacen ofrendas florales, hogueras nocturnas y son bendecidos los animales domésticos llegados de otras localidades. También resalta su lavadero público todavía en uso, en la plaza. Antiguamente el lugar contaba con un aljibe árabe comunal, un baño, un horno de pan junto a la Mezquita, un molino harinero en el río de Bogaraya, una herrería y dos almazaras. En la Edad Media, destacaba la industria de la seda, contando Almócita con grandes criaderos de gusanos y moreras, de las cuales son contadas las que se conservan hoy. Durante el siglo XIX, se desarrolló la industria minera del plomo. En la actualidad se puede contemplar las ruinas de las minas de Pandora, la Minilla, las famosas Minas de la Solana ubicadas en el Cerro del Capitán y la cantera de pizarras que se utilizaron para revestir los techos de las antiguas fundiciones de plomo que se encontraban en la localidad.
Tradicionalmente, se cultivaba la uva de mesa, la almendra y el olivar que han constituido los productos agrícolas básicos en la economía de la zona del Andarax. Se recomienda un paseo por los Tajos de Cuevacaliente y del Laerón, sobre el Barranco del Bosque que nos ofrece maravillosos y espectaculares paisajes entre las altas montañas.
Comentarios