Alcalá la Real

Alcalá la Real es tierra de frontera ya que por su situación estratégica diversas culturas y civilizaciones coincidieron y dejaron su huella. Cosmopolita, abierta y acogedora, en ella el viajero puede disfrutar de su rico y variado patrimonio. Uno de los emblemas monumentales de la ciudad es la Fortaleza de La Mota; desde ella, se contemplan los bellos rincones de su cuidado casco histórico y su extenso entorno rural. La Iglesia Abacial de Santa María la Mayor, que fue primitivamente un templo gótico y luego remodelada al estilo renacentista, debe ser también visitada. La gastronomía y las fiestas constituyen otro importante argumento para visitar la localidad.