Inclinada sobre la ladera de la Sierra del Manar, que es la estribación más occidental de Sierra Nevada, la villa de Padul es la primera localidad geográficamente perteneciente al Valle de Lecrín cuando se accede a él desde Granada. Su privilegiada posición en la cabeza de la comarca y su proximidad a la capital han condicionado tanto su devenir histórico como su desarrollo urbano y su próspera economía.

El paraje conocido como La Laguna es un lugar que no se puede pasar por alto. Éste es un importante humedal que cuenta con una peculiar turbera en la que han aparecido restos de animales prehistóricos, entre ellos parte de un espectacular esqueleto de mamut. La Laguna es también un magnífico lugar para la observación de aves migratorias y está especialmente adaptado con miradores y visitas guiadas por naturalistas. Asimismo, para los amantes de la naturaleza, el monte del Manar es un rincón privilegiado para practicar senderismo, parapente o excursiones en bicicleta o a caballo.

El Valle de Lecrín goza de microclima propio, con vientos atemperados y benéficos que dan lugar a paisajes de serena belleza donde prosperan los cultivos mediterráneos, como naranjos y limoneros.

Además de por importantes edificios, el patrimonio de Padul está compuesto por la Fuente de los Cinco Caños, construida en 1556, y el popular Calvario, con sus grandes cruces de piedra datadas en 1700.